PROXECTO

SENDERE

Un estudio de la Fundación ANAR con 20.515 víctimas arroja dos perfiles: la joven de 16 años que la sufre por parte de su novio mayor de edad; y la niña de 10 años que es testigo del maltrato de su padre a su madre

Crecen 87,2% los casos de violencia de género en cuatro años, según un estudio de la Fundación ANAR

 

Cuando se habla de violencia de género entre adolescentes, podemos estar hablando de Marta, que le confiesa a su amiga Lucía que esa noche ella y su novio Antonio tendrán que tener «eso», porque él le presiona desde hace tiempo para que pasen cosas en su relación. Lucía, adolescente, le aconseja que si no está segura, no practique sexo porque esa «presión no es amor«. No valen los chantajes de su novio. Tampoco forman parte de un buen romance de juventud esas llamadas a destiempo para que no salga vestida del modo en que acaba de publicar en Instagram. Él, el novio, mantiene un marcaje férreo y al segundo de la publicación ya la está revisando y »controlando«. «Control y celos no son amor». Los mensajes de Lucía ya los habrán escuchado alguna vez en algún estudio anterior.

Cuando se habla de violencia de género en el entorno de los adolescentes, se puede estar hablando de un caso que ha sucedido hace no más de 24 horas, donde el agresor es arrestado por empapar de gasolina a la madre delante de su hija, y también a la hija, y después prender fuego a la vivienda en Estepona (Málaga). La relación de los dos adultos duró dos años. El maltrato, meses. Ésta es una muestra de violencia de género en el entorno, según ha definido la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo), y en otras instancias se la denomina violencia vicaria. También habrán oído hablar de ello en algunos otros estudios.

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Pero lo que hace esta vez la Fundación ANAR en su ‘Estudio longitudinal sobre la Evolución de la Violencia contra las mujeres en la Infancia y la Adolescencia en España’ es poner números a ambos grados de violencia, también trazar el perfil distinto en cada caso y hacerlo a partir de 382.219 peticiones de ayuda cursadas a esta línea (900 20 20 10). De la criba de esa ingente cantidad de llamadas, han salido 20.515 niños y adolescentes víctimas de violencia contra las mujeres. Una muestra gigantesca de la que se pueden extraer muchos testimonios y datos.

Llegará a 5,5 millones de alumnos

Este estudio tiene la particularidad de que se va a dar a conocer a todos los escolares de los 18.964 centros que hay en España, porque cuenta con la subvención ganada en concurso público del Ministerio de Igualdad para que más de 5,5 millones de estudiantes de Primaria y Secundaria lleguen a identificar qué es violencia y qué no lo es, cuestión absolutamente mollar cuando el 47,1% de las adolescentes que están siendo víctimas no son conscientes de serlo. Solo entre octubre de 2021 y octubre de 2022, el último de los cuatro años estudiados para este trabajo de ANAR, esa cifra escaló hasta el 63,7%. Más de siete de cada diez víctimas adolescentes no denuncian ni tienen intención alguna de hacerlo.

Crecen un 87% los casos

La violencia de género (en sus dos variantes clasificadas por ANAR) supone más de la mitad de las llamadas de petición de ayuda (53,8%) del total, de las que un 86,7% fueron por violencia de género en su entorno y un 13,3% entre adolescentes. La violencia de género es la que más crece en el periodo estudiado (2018-2022), con un aumento del 87,8% de los casos en el entorno y más del 87% entre adolescentes.

Ballesteros ha explicado que han analizado la parte biológica, política, económica, social y cultural «para poder sacar los resultados» de las víctimas: el perfil que se extrae de ellas, de las víctimas de violencia vicaria, son niños que tienen una media de edad de 10 años, mayoritariamente viven en familias monoparentales y son de origen migrante en más de la mitad de los casos. Español, en el 49,2% restante. El agresor es el padre en nueve de cada diez casos.

Entre las chicas cuyos novios controlan, este es el perfil mayoritario. Adolescentes de 16 años que tienen un novio mayor de edad (en tres de cada diez casos), y es el novio el agresor en el 57% de las ocasiones. En el último año el 78,4% de ellas no tenía la más mínima intención de denunciar. Son de familia española (68,8% de los casos) y están creciendo en su entorno familiar que tiene a los dos progenitores en casa (56,4%). Casi la mitad de estas chicas que soportan la violencia de control o física por sus parejas suelen tener problemas asociados a la salud mental, como conductas homicidas, graves problemas de conducta, autolesiones o depresión. Su autoestima es muy baja.

«La violencia contra la mujer es un problema que está relacionado con el uso de la tecnología en un 44% de los casos de violencia de género en el entorno y en el 82% de los casos de violencia de género adolescente», Ballesteros.

Los autores del estudio y la campaña de concienciación lamentan que la mayoría de los niños y adolescentes víctimas no reciben ningún tratamiento psicológico. Siete de cada diez aún no están en terapia.